Sobre el constructivismo se
ha dicho y especulado bastante. Surgieron posturas a su favor y otras en
contra. Lo cierto es que desde las reformas educativas iniciadas en España y Latinoamérica, incluyendo Bolivia, el constructivismo es asumido como el marco teórico
referencial que expresa una determinada concepción de la intervención
pedagógica y proporcionar criterios para llevar adelante el proceso enseñanza aprendizaje.
El término se
ha utilizado en diversos ámbitos, desde el artístico hasta el político. Para
comprender que es constructivismo dentro del campo psicopedagógico, debemos
comenzar por preguntarnos ¿Qué es conocimiento y cómo lo logramos? Partimos del supuesto de
que el conocimiento humano es posible, pero dentro de una posición
constructivista la realidad que creemos conocer no es un registro,
ni reflejo de lo existente, sino una construcción de nuestro pensamiento, por el que
organizamos nuestro mundo de experiencias y a partir de ello percibimos la
realidad y actuamos sobre ella. En otras palabras, todo conocimiento es
construido, no se transmite se construye.
Todo evento
cognitivo necesita una conjunción de procesos, es decir, se trata de un
fenómeno multidimensional (para aprender no hace falta solo ver o tocar). Esto
implica procesos neurológicos, biológicos, lingüísticos, sociales, culturales,
etc. También tenemos una necesidad vital de situar, reflexionar, analizar, y
utilizar nuestros conocimientos.
Un principio fundamental
del constructivismo en psicopedagogía consiste en concebir los procesos
cognitivos como construcciones eminentes activas del sujeto en interacción con su ambiente físico y social. Como representantes del enfoque
constructivista tenemos destacados nombres como son: Vigotsky, Piaget, Ausubel,
Novak, Bruner, Coll, Wallon, entre otros; quienes realizaron importantes
aportes para consolidar este paradigma en el campo educativo.Fuente: monografias.com
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